Que difícil se me hace Vicen... No se, no puedo. No es posible que otra vez nos pase...
No has dado casi tiempo. ¿Por qué tanta prisa, Dios? ¡¡Dios!!
Yo hubiera querido ofrecerte con palabras y que tu escucharas: mi admiración, mi gratitud, mi cariño y mi orgullo inmenso, por haber tenido la suerte de formar parte de esta gran familia que es la nuestra. Y tu cuñao, mi querido Vicen, eres pilar fundamental en nuestra vida.
Así que imagínate como nos dejas, como nos hemos quedado.
Es tanta la pena que no me lo creo y los ojos se me llenan de lágrimas cuando recuerdo...
Crevillente, vuestras historias de niños, el carrer Pilota, los juegos de magia, el canto del canari, las fotografías, la mesa llena ¡Somos muchos! y tantas y tantas cosas...
Familiar, protector, alegre, inteligente ... Pero sobre todo, BUENO, mi cuñao era el más bueno, el más!!
A veces la vida te golpea y no puedes hacer nada para evitarlo.
Pero aquí estaremos para recordarte que sigues viviendo en nosotros.
En mi corazón sigo contando ocho, no pienso restar ¡Nunca!
Te echaré siempre de menos. Te quiero mucho
la autocantora llora...
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